JUBILEO 2025 | LA ORACIÓN EN LA PREPARACIÓN DEL JUBILEO 2025.
El Jubileo 2025 se presenta como un tiempo especial de gracia y renovación espiritual, marcado por el lema “Peregrinos de Esperanza”. En vistas al Jubileo de los 2000 Años de la Redención, la oración se convierte en una herramienta esencial para la preparación espiritual de los fieles.
En este tiempo de gracia y renovación espiritual, la Iglesia nos invita a fortalecer nuestra vida de oración personal y comunitaria, buscando así crecer en la comunión con Dios y con nuestros hermanos.
La oración en este contexto del Jubileo nos ayuda a reflexionar sobre la historia de la salvación, dar gracias por los dones recibidos y a renovar nuestra entrega al Señor.
Este es un momento propicio para revisar nuestra vida a la luz del Evangelio, reconciliarnos con Dios y con nuestros semejantes, y fortalecer nuestra fe para seguir viviendo como discípulos misioneros de Cristo.
El Significado del Jubileo
Origen y Propósito
El Jubileo tiene sus raíces en la tradición bíblica, donde el pueblo de Israel, cada 50 años celebraba un año de libertad y restauración (Levítico 25,10).
En la Iglesia Católica, el Jubileo es un tiempo de gracia extraordinaria, marcado por la reconciliación, el perdón de los pecados y la renovación espiritual.
Bonifacio VIII, en 1300, convocó el primer Jubileo, llamado también “Año Santo”, porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de Dios nos transforma.
Con el tiempo, la frecuencia ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 se redujo a 50 años por Clemente VI y en 1470 a 25 años por Pablo II.
También hay momentos ‘extraordinarios’: por ejemplo, en 1933, Pío XI quiso conmemorar el aniversario de la Redención y en 2015 el Papa Francisco convocó el año de la Misericordia.
Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria.
El Jubileo 2025 y su Lema
El Jubileo 2025 se celebra bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, invitando a los fieles a renovar su fe y esperanza en un mundo en constante cambio. Este Jubileo se enmarca en la preparación de las celebraciones de los 2000 años de la Redención, recordando la pasión, muerte y resurrección de Cristo como el centro de nuestra fe.
La Oración: Fundamento de la Preparación Espiritual
La oración es un diálogo íntimo con Dios, donde el creyente se abre a la acción del Espíritu Santo. Según el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC 2560), “la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre”. En el contexto del Jubileo, la oración se convierte en el medio por el cual los fieles se preparan espiritualmente, buscando la gracia y la misericordia divina.
La oración es el medio por el cual los creyentes se comunican con Dios. En el contexto del Jubileo, la oración debe ser entendida como un acto de conversión y reconciliación. Según el Papa Francisco, la oración es esencial para la dignidad y libertad de los hijos de Dios, donde habita el Espíritu Santo como en un templo. Este aspecto resalta la importancia de la oración en la vida de cada cristiano, especialmente en tiempos de preparación para un evento tan significativo como el Jubileo.
La oración puede tomar diversas formas, de las cuales ya hemos tratado, como la oración personal, comunitaria, litúrgica y de intercesión. Cada una de estas formas contribuye a la preparación espiritual para el Jubileo 2025, fortaleciendo la comunión con Dios y entre los miembros de la Iglesia.
III. Oración y Conversión Personal
Examen de Conciencia
El Jubileo es un tiempo propicio para el examen de conciencia, un aspecto esencial de la oración como preparación para este Jubileo. Este acto invita a los fieles a reflexionar sobre sus vidas, reconociendo sus pecados y buscando la reconciliación con Dios (CEC 1454).
Confesión y Penitencia
La confesión y penitencia son fundamentales en este camino de conversión. A través del sacramento de la Reconciliación, los fieles reciben el perdón de los pecados y la gracia para vivir una vida nueva en Cristo (CEC 1449).
La penitencia es el acto de arrepentimiento y búsqueda de reconciliación con Dios. En un contexto de sacrificio, la penitencia toma un carácter más profundo y significativo. Los Padres del Desierto, como San Antonio y San Pablo, se retiraron a lugares desérticos para llevar vidas de penitencia y oración. La Iglesia enseña que la penitencia es esencial para la conversión del corazón y la remisión de los pecados (CEC 1431).
El Jubileo es un signo de reconciliación, porque abre un «tiempo favorable» (cfr. 2 Cor 6,2) para la propia conversión. Uno pone a Dios en el centro de la propia existencia, dirigiéndose hacia Él y reconociéndole la primacía. Incluso el llamamiento al restablecimiento de la justicia social y al respeto por la tierra, en la Biblia, nace de una exigencia teológica: si Dios es el creador del universo, se le debe reconocer una prioridad respecto a toda realidad y respecto a los intereses creados. Es Él quien hace que este año sea santo, dando su propia santidad.
Concretamente, se trata de vivir el sacramento de la reconciliación, de aprovechar este tiempo para redescubrir el valor de la confesión y recibir personalmente la palabra del perdón de Dios.
IV. Oración Comunitaria y Litúrgica
La Eucaristía y la Adoración Eucarística
La celebración de la Eucaristía es el centro de la vida litúrgica de la Iglesia y en el contexto del Jubileo, la participación en la Eucaristía fortalece la fe y la unidad de la comunidad, recordando el sacrificio redentor de Cristo (CEC 1324).
La adoración eucarística, fuera de la celebraciones litúrgica, es una forma poderosa de oración que permite a los fieles contemplar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Esta práctica fomenta la adoración, la acción de gracias y la intercesión, preparándonos para el Jubileo (CEC 1378).
V. La Oración en la Tradición de la Iglesia
El Padrenuestro y el Rosario
El Padrenuestro, enseñado por Jesús, es la oración perfecta de los hijos de Dios. En el contexto del Jubileo, esta oración nos recuerda la importancia de buscar la voluntad de Dios y su reino (Mateo 6,9-13).
El Rosario es una devoción mariana que medita sobre los misterios de la vida de Cristo. Esta oración es una herramienta poderosa para la preparación espiritual, invitando a los fieles a contemplar la vida, muerte y resurrección de Jesús (CEC 971).
Finalmente, la oración fortalece la comunión y la participación de los fieles en la vida de la Iglesia. En el contexto del Jubileo, la oración comunitaria y litúrgica fomenta la unidad y el compromiso con la misión de la Iglesia.
Oremos: (Oración del Jubileo 2025)
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
(L.C. Héctor García | CODIPAC Chilpancingo-Chilapa)