El Santuario de los Santos Mártires, es erigido en la Ciudad de Chilpancingo, Guerrero, dedicado a San David Uribe y San Margarito Flores, quienes fueron ordenados sacerdotes y años después asesinados durante la persecución religiosa que ocurrió en el país, entre 1926 y 1929, en la llamada Guerra Cristera.
El proyecto se denomina “Santuario de los Mártires Guerrerenses” y se encuentra en etapa de construcción en un predio de la colonia Atlitenco de Altamira, ubicada al sur poniente de Chilpancingo.
El encargado del proyecto, señaló que dicha obra se construye gracias a los donativos y limosnas de los fieles católicos, en un terreno de una hectárea que fue donado por una familia a la diócesis Chilpancingo-Chilapa para la majestuosa obra que pretende ser única en el estado.

Se busca que el Santuario de los Mártires sea “una obra digna para una capital de un estado donde la mayoría de su gente es católica”, además de que el proyecto contribuirá no sólo a la comunidad católica sino que también fungirá de atractivo turístico para Chilpancingo.
En este santuario también se construye la Casa de los Sacerdotes, la cual albergará a todos aquellos párrocos retirados para que ahí pasen sus últimos años.
Hasta el momento se ha concluido la construcción de un auditorio para oficiar misa con capacidad para al menos 500 personas, el confesionario y un comedor que albergará a mil personas y las oficinas parroquiales
De los dos santos guerrerenses considerados mártires, se encuentran sus reliquias en una cruz de madera tallada a mano.
Tanto David Uribe Velasco como Margarito Flores García fueron sacerdotes en Chilapa y Chilpancingo, respectivamente
San David Uribe Velasco nació el 29 de diciembre de 1888 en Buenavista de Cuéllar y murió la noche del 11 de abril de 1927, mientras que San Margarito Flores García nació el 22 de febrero de 1899 en Taxco y murió el 12 de noviembre de 1927, ambos fueron capturados y condenados a muerte por el oficio que desempeñaban.